Viernes 30 de julio, 20:30 horas. Iglesia de Santa María de Valdediós: X Ciclo de Órgano de Villaviciosa. Johannes Skudlik (órgano): «La trompeta real«. Entrada libre por inscripción.
Segundo concierto del ciclo maliayés, de nuevo con aforo completo para escuchar al organista titular de Landsberg en Alemania, Johannes Skudlik (Munich, 16 febrero 1957) criado en Barcelona, con un programa variado, eligiendo lo mejor de la música de tecla ibérica y europea, muy trabajado y plenamente adaptado a la sonoridad del órgano de Valdediós que volvió a sonar imperial y también llevará al órgano de Turull (Morella) dentro de su Festival Internacional de la ciudad castellonense. De momento Villaviciosa sigue siendo capital del instrumento rey y el público sigue apoyándolo, cumpliendo con todas las restricciones y medidas de higiene, sin importarle la climatología astur (hoy afectando la afinación de la lengüetería) y agotando las entradas disponibles, porque «La Cultura es segura» además de necesaria.
El director del Festival Euro-Via comenzó su amplio recorrido musical con varios de nuestros ilustres españoles: el valenciano de Algemesí Juan B. Cabanilles
(1644-1712) y su barroca Battaglia Imperial, casi obligada en el órgano de Valdediós para «desatascar» las trompeterías siempre reales de las que presume este BIC, continuando con el renacentista sevillano Francisco de Peraza
(1564-1598) del Tiento de registro alto de 1° tono, registrando en solitario, pasando hojas y luchando con los primeros gemidos del instrumento lucieron con oficio en las manos del alemán.
Siguiente parada en Tudela (Navarra) con Andrès de Sola
(1634-1696) que ejercería en La Seo zaragozana, cuyo Tiento de medio registro de mano derecha de 1° tono mantiene en auge esa forma instrumental típica de nuestra escuela ibérica, verdaderas fantasías virtuosísticas que exigen limpieza en ejecución y exactitud en los registros, como así demostró Skudlik, finalizando este primer periplo con Pedro de San Lorenzo
(del siglo XVII): Obra de 1° tono de registro de mano izquierda. De nuevo la afinación algo desigual debido al efecto de la humedad y especialmente de la baja temperatura no nos impidió disfrutar de unas partituras a las que el órgano maliayés le van como anillo al dedo.
No podía faltar el genio Wolfgang Amadeus Mozart
(1756-1791) con su Andante für eine Walze in eine kleine Orgel KV 616, un juguete para pequeño órgano mecánico, siempre grande en escritura y buscando esos registros agudos de flauta que nos transportan a las calles musicales europeas.
Tras el austríaco, tres sonatas ibéricas en este repaso «formal»: del portugués Carlos Seixas
(1704-1742): su Sonata XVI en tres movimientos (Allegro, Adagio, Minuet), originalmente para clave pero adscrita a la llamada «música de tecla«, que al órgano resultan más exigentes por la figuración exacta. También del valenciano de Onteniente Vicente Rodríguez Monllor
(1685-1760) otra Sonata, referente hispano de esta forma, para continuar con la Sonata del gerundense y monje en Montserrat Anselmo Viola
(1738-1798), ya en pleno clasicismo y haciendo todo un recorrido histórico comprobando la evolución de la sonata que seguiría después con dos nuevos ejemplos en un órgano poderoso que necesita respirar a diario porque lo agradece, aunque el clima de este valle sea su peor enemigo y hasta se empapiza cuando el verano se convierte en invierno astur.
Si de sonatas se trata no podía faltar el considerado como su padre, «El Bach de Berlín» Carl Philipp Emanuel Bach
(1714-1788) con la maravillosa Sonate a-moll Wq 70,4, tripartita y organística a más no poder y equiparable sin complejos a la siguiente de nuestro Antonio Soler
(1729-1783), el padre catalán cuya Sonata de Clarines sacó lengüetería y trompetas al aire de Valdediós combinando registros variados plenamente acertados aunque no siempre limpios al oído.
Quedaría cerrar este programa titulado «La trompeta real» (registro que casi todos los órganos poseen y este especialmente) con una Batalla Famossa, anónima española del siglo XVII para poner a máximo rendimiento y «pleno pulmón» esta joya organística de nuestro patrimonio cultural. Sobre la «Batalla» o «Batalha» añadir que fue muy apreciada por los compositores ibéricos del renacimiento y el barroco que se llevará a Hispanoamérica; muchas composiciones que aparecen como anónimas generalmente fueron realizadas por los religiosos que vivieron durante este periodo y en el que su oficio secular les permitía copiar o crear estas obras musicales como una habilidad más dentro de sus funciones eclesiales. El papel que el clero ha aportado a nuestra historia de la música merece una honda reflexión y nuestro órgano ibérico es la mejor voz, siendo el de Valdediós destacada, más en las manos de un maestro como Johannes Skudlik. Excelente repertorio el de este veterano intérprete y defensor del instrumento rey.