No hay Quinta mala y Shostakovich cerró con apoteosis un concierto iniciado con Funeral ruso del centenario Britten y el cinematográfico M. Rozsa con el viola Power. Rumon Gamba apostó por la dinámica pues el color OSPA está asegurado. Ahora toca cenar y el sábado ampliaremos catálogo de sensaciones.
13 inmenso
31/05/2013
Asturias, clásica, conciertos, música, sinfónica Auditorio de Oviedo, conciertos, Lawrence Power, música, OSPA, Rumon Gamba Deja un comentario
Gaiteros, gaiteres y gaites en Mieres
22/05/2013
Asturias, folklore, música Ángel Medina, conferencias, Conservatorio de Mieres, folk astur, gaita, libros, música Deja un comentario
Con semejante título arrancan dos jornadas dedicadas a estas gaitas, y en la tarde de este penúltimo martes del mes disfrutamos en el espacio de dos horas sendas conferencias y presentaciones de libros, uno ya conocido por mí y otro totalmente nuevo, aunque lleve cinco meses publicado, que en breve ocuparán mis estanterías de temas asturianos.
Tras la presentación de Roberto Serrano Guerra, director del Conservatorio de Música de Mieres, tomó la palabra mi querido Ángel Medina Álvarez, Catedrático de Musicología de la Universidad de Oviedo, quien nos habló de su libro “La Misa de Gaita («Hibridaciones sacroasturianas»)” de la colección etnográfica Fontes Sonores del Museo del Pueblo de Asturias. Esta obra cuenta con un impagable CD de grabaciones caseras (alguna la viví personalmente en San Marcelo) a modo de documento de interés histórico y cultural pues contiene «La Misa de Salas» (1994) con mis queridos y llorados Lolo’l de Cornellana y Manolo Quirós, más Eduardo y Pepe’l Molín, el organista José Manuel Ovín de la Vega, apareciendo también la «Misa de la Virgen del Rosario» (1973) y las voces de Jesús y Emilio Rodríguez. Libro de fácil lectura para profanos y obligado en la biblioteca de todo amante de la música que se precie, pues las referencias al canto llano, una de las muchas facetas musicológicas que domina Medina, ayudan a comprender mejor un legado secular que conjuga lo popular desde lo religioso, como bien nos contó el catedrático ovetense, siendo además una variante que hoy en día sólo se conserva en Asturias y tras la publicación del libro con CD ayudará a mantenerla viva. De hecho me consta que se grabará nuevamente, y en Cornellana, por dos músicos punteros como Joaquín Pixán y Hevia.
Pasó el tiempo volando como esas clases que siempre me gustaron en la Facultad, al conjugar lo ameno con el saber enciclopédico hecho fácil: esencia de la cultura de nuestra tierra.
Y tras una breve pausa llegó la presentación de otra joya bibliográfica y folklórica: «Cancioneru de la gaita asturiana (Historia y usos y Partitures)», dos tomos a cargo del maestro gaitero Eugenio Otero, el director del Museo de la Gaita del Pueblo de Asturias, Fonsu Fernández y el etnógrafo y estudioso de temas gaiteros Gausón Fernande, del “Colectivo Belenos“, una magna obra que muestra tras muchos años de estudios fuentes, épocas históricas, documentos administrativos, información amplia y detallada sobre intérpretes y artesanos, evolución histórica, presencia en el arte, influencias y papeles sociales o empleo de la gaita para cantos, bailes, cortejos, ritos civiles y religiosos y transmisión hasta la época actual como verdadero patrimonio a heredar y transmitir. Como bien nos contaron los tres autores, deja la puerta abierta a una ampliación, puesto que continúan recopilando materiales de todo tipo, aunque lo presentado, maquetado por Astur Paredes, cual cuarto “pegoyu” de esta obra que ya supone un hito de nuestra historia musical. La organización del libro se hace estudiando el entorno, pues no busca ser un método sino una amplia visión histórica de nuestro instrumento por excelencia, aunque lleve diversas referencias a los primeros cancioneros, pioneros estudiosos del tema y un gran contenido de partituras.
El jueves completará esta propuesta otro estudioso como Daniel García de la Cuesta con «Les Gaites», un estudio sobre el universal mundo de las gaitas y otros instrumentos afines, y a las ocho Llorián García, musicólogo y gaitero (Dixebra, Verdasca, Muyeres) con su tesis «Gaiteres y pandereteros. Xéneru y tresxéneru na música tradicional asturiana», aunque me lo perderé por cuestiones de agenda y prioridades, pero seguro que podré escucharla “en diferido” ya que el archivo sonoro que Roberto Serrano está armando en nuestra “Casa de la Música”, y con motivo de estos 25 años lo está compartiendo en Internet (La música de la casa). Enhorabuena.
Cierre ruso en Oviedo
20/05/2013
Asturias, clásica, conciertos, música, piano, sinfónica Auditorio de Oviedo, conciertos, Daniil Trifonov, Glazunov, música, Mikhail Pletnev, N. Tcherepnin, Orquesta Nacional Rusa, Tchaikovsky Deja un comentario
Domingo 19 de mayo, 19:00 horas. Auditorio “Príncipe Felipe” de Oviedo, Jornadas de Piano “Luis G Iberni”: Daniil Trifonov (piano), Orquesta Nacional Rusa (RNO), Mikhail Pletnev (director). Obras de N. Tcherepnin, Tchaikovsky y Glazunov.
Se acabó el Ciclo de Conciertos del Auditorio y este frío domingo las Jornadas de Piano “Luis G. Iberni” con claros y algunas sombras, pero sobre todo luz y elegancia en muchas tardes, incluso gloriosas, poniendo el listón nuevamente muy alto, con un avance de la próxima que promete, aunque le dedicaremos otra entrada.
Lo ruso sigue siendo referencia y nada mejor para clausurar temporada que reunir intérpretes y obras de una tierra que en Asturias sentimos cercana, al menos en lo musical (lo climatológico parece que también).
A Pletnev le hemos disfrutado como pianista y ahora como director, trayendo a su RNO al auditorio carbayón dentro de su gira europea, comenzando con un compositor no muy conocido ni escuchado como N. Cherepnin y La Princesse lontaine (Preludio por la princesa lejana) Op. 4, para calentar motores en una formación que suena impactante en todas sus secciones, colocando contrabajos atrás a la derecha y toda la percusión a la derecha, enfrentando violines para conseguir una sonoridad envolvente que completa la calidad contrastada de una orquesta con 23 años, lo cual es sinónimo de madurez. El entendimiento con su director fundador es total, no hacen falta muchos gestos porque el trabajo permite la economía y el máximo rendimiento. El alumno de Rimski-Korsakov pone buena música en estilo del maestro al argumento de la obra de Edmond Rostand como bien recuerda Rogelio Álvarez Meneses en las notas al programa, arrancando con un impresionante solo de cello (Alexander Gotgelf) y el posterior de oboe (Vitaly Nazarov) bien arropados por una orquesta realmente “redonda”.
El plato fuerte vendría de la mano de Trifonov, un pianista que pese a la juventud es ya una auténtica figura desde hace años, para interpretar el conocido Concierto para piano y orquesta nº 1 en SIb M, Op. 23 (Chaikovsky) en una versión donde se notó que el director es también un maestro del piano, y donde Tatiana Porshneva se puso de concertino. Por fin escuchamos ese inicio contundente con un tiempo ajustado a la indicación: Allegro non troppo e molto maestoso, claridad expositiva y limpieza desde un poderoso piano que igual empastaba a la perfección con la orquesta como tomaba un protagonismo aún más marcado gracias a una concertación de Pletnev auténticamente deliciosa. El paso al Allegro con spirito fue otro escalón hacia la cima sonora. Aparición del clarinete (Nikolai Mozgovenko) que volvería a sorprendernos más adelante y todo un juego de texturas cálidas y aterciopeladas en la orquesta. El Andantino semplice – Prestissimo trajo consigo un despliegue técnico impecable, pese a los mínimos desajustes del instrumento solista (hubo momentos de madera en vez de cuerda), unos dificilísimos cambios siempre encajados desde una batuta que manejó a la orquesta como el “otro piano sinfónico” y otro solista (el flauta Maxim Rubtsov) también marcando calidad, pudiendo degustar el lenguaje tan romántico del compositor, para poner todo el fuego final (Allegro con fuoco) en una actuación estelar porque sumó todo para hacerla así: obra, pianista solista, orquesta al completo y director.
El único guiño “no ruso” lo pondría el propio Trifonov con una versión del hermoso lied de SchubertAn Sylvia que hizo cantar el piano como si Bjoerling se hubiese reencarnado en las cuerdas. Delicia total que “obligó” al prodigio ruso a impactarnos con la “Danza Infernal” de El pájaro de fuego (Stravinsky) en arreglo del maestro italiano Guido Agosti, perfecto broche virtuosístico tomando la música de ballet rusa como enlace con la segunda parte, y manteniendo el sabor ruso que impregnó toda la velada.
Con Las estaciones, Op. 67 (Glazunov) volvió el concertino titular Alexei Bruni capitaneando la RNO que volvió a brillar al completo y en cada intervención de unos solistas que son oro puro, y un Pletnev al frente que con su peculiar dirección sacó de este ballet en colaboración con Marius Petipa de cinco movimientos que comienza con El invierno, el mismo que parece no querer abandonar Asturias, brillo, sensibilidad, colorido, texturas, lirismo y todos los calificativos que podamos imaginarnos. Las cuatro variaciones invernales volvieron a descubrir atriles como el trompa o la arpista. El verano y sus cinco partes dejaron un Vals de acacias y amapolas donde las fragancias fueron lanzadas en gotas por Pletnev. El otoño resultó la auténtica bacanal a la que el Petit Adagio siguiente daría un color ocre por toda la cuerda que suena rusa en cada momento, con el motivo más conocido realmente apoteósico para cerrar el ciclo anual, composición y temporada. La orquesta está en un nivel que nos hizo quitar el mal sabor de boca inglés.
Más la fiesta tenía que acabarse con el Pletnev compositor y el Preludio de su Jazz Suite para corroborar que su formación está capacitada para sonar a gloria con cualquier estilo aunque el del concierto dominical resultó muy cercano en el tiempo, siendo el guiño jazzístico la guinda del pastel: gozada de trompeta con sordina (Vladislav Lavrik), percusión y contrabajo que también quisieron reivindicar la calidad que tienen todos y cada uno de sus componentes.
Rusia, capital Oviedo
19/05/2013
Asturias, clásica, conciertos, música, piano, sinfónica Auditorio de Oviedo, Cherepnin, conciertos, Daniil Trifonov, Glazunov, música, Mikhail Pletnev, piano, Tchaukovsky 1 comentario
Domingo 19 de mayo, 19:00 horas. Clausura de los Conciertos del Auditorio con la Orquesta Nacional Rusa que dirige el pianista Mikhail Pletnev lo que supuso un Concierto nº 1 en SIb M, op. 23 de Tchaikovsky con Daniil Trifonov de auténtica delicia.
Las propinas de quitarse el sombrero: transcripciones del lied An Sylvia de Schubert y Danza infernal de “El Pájaro de Fuego” de Stravinsky para apuntar en la historia local.
Cherepnin y su Preludio para la princesa lejana, Op. 4 abría velada mientras Las Estaciones, op. 67 de Glazunov las cerraban, siempre Rusia con todo lo que supone musicalmente cambiando Moscú por Oviedo.
El lunes día del profesor en Asturias lo aprovecharé para ampliar impresiones…
La OSPA conecta
16/05/2013
Asturias, clásica, conciertos, música, sinfónica Auditorio de Oviedo, Beethoven, Bizet, conciertos, didáctico, Elena Ramos, Filho, Gustavo del Moral, Julio Morales, música, Mozart, Offenbach, OSPA, Rossen Milanov, Sonia de Munck, Strauss, Thomas Cabannis, Vaudí 3 comentarios
Jueves 19 de mayo, 10:30 y 12:00 horas. Auditorio de Oviedo. Concierdo didáctico “La orquesta se mueve”: OSPA, Rossen Milanov (director). Con la participación de Gustavo del Moral (presentador), las sopranos Sonia de Munck, Elena Ramos, el tenor Julio Morales, con Vaudí y su grupo de percusión brasileña.
Apostar por la música es invertir en futuro, y el maestro Milanov se marcó como primer objetivo nada más llegar a la OSPA acercarla a los públicos del mañana. La primera apuesta ha sido traer a Europa el proyecto Link Up en el Carnegie Hall, del “Weill Music Institute”, que él conoce en primera persona. Movilizar a 3.000 alumnos de 9 a 13 años de toda Asturias con sus profesores supone un esfuerzo que ha tenido el apoyo de toda la comunidad educativa, implicándonos desde el primer momento en que se nos comunica este concierto didáctico donde el alumnado participa directamente y no sólo como mero auditor, pasando a formar parte de la historia al ser Asturias y España los pioneros europeos ¡en algo somos los primeros! y pronto nos seguirán, como Navarra.
En febrero nos mandaron a los centros unos excelentes materiales (traducidos al español por Ana Mateo de los originales) para comenzar a preparar este concierto con la OSPA y su titular Milanov desde todos los niveles, aprovechándolo como parte de las clases de música, esas que Wert entiende no como cultura sino entretenimiento. Tendría que enterarse un poco más…
El ambiente que se respiraba antes, durante (llenazo histórico) y después nos deja con la esperanza del trabajo bien hecho. Las sugerencias las haremos llegar, como siempre, a los responsables, con la gerente Ana Mateo a la cabeza sin cuya entrega e implicación con el proyecto no hubiera sido posible esta nueva experiencia.
El repertorio elegido giraba en torno a The Orchestra Moves, “La orquesta se mueve” en el amplio sentido que incluye mover y conmover, pues la música es única y directa para el movimiento interior y realmente “conectó” (Link Up) con todos los asistentes. El músico y pedagogo cántabro Gustavo del Moral fue quien llevó el peso del concierto haciendo ora de animador, ora de batuta doblada, incluso de apuntador en momentos puntuales, siendo también el “link” del concierto.
Thomas Cabannis es el compositor del tema “Ven a tocar” (Come To Play) a tres voces, donde cantamos, tocamos la flauta de pico (recorder en inglés) y nos movimos literalmente, todavía un poco “oxidados” aunque pronto nos desperezaríamos.
Para movimiento el conocido Can-Can de “Orfeo en los infiernos” (Offenbach), bailarinas incluidas que fueron las encargadas de despertarnos a todos, incluyendo al bueno de Gustavo.
“El Danubio Azul” (J. Strauss) en versión cantada y traducida al español (en inglés quedaba un poco mejor) tuvo la participación de las flautas que resonaron en todo el auditorio con la OSPA casi acompañante ante el poderío sonoro del alumnado. Hubo melodías, contestaciones y sobre todo “rubato” que pese a no estar en Austria sino en Asturias, ¡funcionó!.
También ternario pero relajado resultó el Nocturno de “El Sueño de una noche de verano“ (Mendelssohn) donde las dos voces de las flautas completaron a una OSPA aterciopelada como si el ejemplo de Morató a la trompa surtiese el efecto deseado. Las ganas del alumnado les hacían adelantarse en un tempo lento, pero escucharse fue la mejor lección y el resultado final resultó de nota para todos.
La alegría operística comenzaba con Mozart y la Obertura de “Las bodas de Fígaro“ para batir el récord de velocidad por parte de los músicos “ospenses” ya en plena forma matutina que prepararon el famoso Toreador de “Carmen“ (Bizet) donde el tenor Escamillo no tuvo su mejor faena pero que el “apoderado” del Moral capeó con un “doble” coro gigantesco cantando en un francés excelente para su faena de aliño. Cierto que podía haber utilizado el estoque-micrófono como el resto, pero la valentía tiene sus riesgos y el torospa no era un novillo precisamente.
Mi alumnado ya se quedó enamorado de Beethoven con el primer movimiento de la Sinfonía nº 5 en Do m., Op. 67, pero como toda esta joven hornada, lo de estar más de cinco minutos callados no lo tienen muy controlado, y tras el “subidón” anterior no saborearon la “Quinta del sordo” como deberían, y eso que la Orquesta se movió a bien nivel con un diestro Milanov exprimiendo una obra que siempre exige.
En un espectáculo tan americano no podía faltar otro tema de Cabannis, auténtico anfitrión de este programa, que compuso “Lejos vuelo” (Away I fly) donde la participación del alumnado fue coreográfica siguiendo los 8 pasos ideados por Hilary Easton. Era el estreno en Europa y acostumbrados a ensayarla con piano la versión orquestal resultó magnífica.
Y el fin de fiesta trajo el Carnaval de Río al auditorio para hacer de Oviedo “Cidade Maravilhosa” (André Filho), entrando la “batucada por la butacada”, y llegando por momentos a tapar la rica orquestación preparada, cantando todos en portugués con un brasileño medio asturiano como Vaudí. La alegría nos contagió a todos como la cuica siempre simpática, y aunque no vimos a la Consejera del ramo por nuestra ubicación, sabemos que bailó como los demás, para volver a clase con una sonrisa más el optimismo y ganas de seguir trabajando en estos proyectos que conectan y enganchan a alumnos y profesores.
Vendrán los tuiters, correos, Facebook y demás vías de intercambio de experiencias, pero sobre todo la ilusión por el siguiente que seguro llegará en la próxima temporada y curso escolar. Gracias al maestro Milanov, a la OSPA y a su gerente Ana Mateo, pero sobre todo
auténticos protagonistas de este jueves.
Investigando y sonando
10/05/2013
Asturias, clásica, música, recital conciertos, Conservatorio de Mieres, Cristina Salgueiro, Ginastera, Guastavino, Julio Ogas, música, Mieres, Naiara Francesena, Piazzolla, Rodrigo Riera, Sara Arenillas, Sofia Ogas, Villalobos, Xuacu Llaneza Deja un comentario
Jueves 9 de mayo, 20:00 horas. Salón de Actos de la Casa de la Música, Mieres. AMIGO (Aula de Música Iberoamericana “Grupo de Oviedo”).
Capitaneados por el maestro Julio Ogás, que esta tarde ejercería de anfitrión y presentador, el grupo “AMIGO” lleva dos cursos trabajando en el estudio y recuperación del patrimonio español e iberoamericano con alumnos universitarios que pasan del papel pautado a la interpretación sin más ánimo que dar a conocer un repertorio a veces olvidado y tristemente poco tocado, pues no son profesionales de sus instrumentos sino sus vehículos para el arduo trabajo musicológico.
Las fechas de exámenes y avatares estudiantiles nos privaron de escuchar la Romanza para viola y piano del madrileño Conrado del Campo del que se cumplen 60 años del fallecimiento, permaneciendo casi inédita su amplísima producción (más allá de sus cuartetos), aunque el resto del programa se respetó escrupulosamente.
Mejor suerte tiene el compositor venezolano Rodrigo Riera de quien la estudiante de doctorado leonesa Sara Arenillas nos dejó en su guitarra dos obras donde mostrar en el instrumento que también dominaba el larense su mezcla araucana con la herencia europea (de hecho estuvo varios años en España): el Vals campestre más pastoral que vienés, por esa reinterpretación que tanto se ha utilizado en música, y el Homenaje a La Chicachagua, obra lenta y emotiva con la espiritualidad de esa figura popular, que ha recuperado el grupo AMIGO, en este caso la música de guitarra de una Venezuela siempre rica en música y músicos.
El dúo formado por Cristina Salgueiro (viola y estudiante de grado) y Naiara Francesena (piano y comenzando su licenciatura con premio de Diplomatura en Magisterio) trajeron dos obras muy distintas: del compositor y pianista porteño afincado en Alemania desde los años 90 Juan María Solare (Buenos Aires, 11 agosto 1966) su Reencuentro: Milonga para viola y piano, con distintas versiones -para piano a cuatro manos, con cello o violín, siendo la versión inicial (parrilla) de 2008 en El Escorial- y estrenada para piano y viola en Bremen (25 enero 2010) con todo el sabor y color de la pampa en esta obra lenta donde la viola parece cantar con un acompañamiento lleno de ritmo en el piano, más la conocida Aria Bachiana nº 2 de Heitor Villalobos, uno de los muchos arreglos de esta obra inmortal que evidentemente no mejoran el original pero sirven para popularizar desde la música de cámara obras mayores.
Siguiendo con ese espíritu melódico tan característico de mi querida Argentina sonaba el gran Carlos Guastavino con Rosita Iglesias del ciclo “Las Presencias” en arreglo del propio compositor para clarinete, a cargo del instrumentista local Xuacu Llaneza, y piano, nuevamente Naiara Francesena. Hermosa canción con un desarrollo a base de variaciones que saca todo el colorido a la caña logrando una tímbrica variada y expresiva antes de retomar el tema inicial.
Para el final el propio Julio Ogas, al piano, acompañó a su hija Sofía Ogas (cello) con dos obras de sus compatriotas: Escualo de Astor Piazzolla cambiando bandoneón por cello, y la original además de difícil Pampeana nº 2, Op. 21 (Alberto Ginastera), dos formas de entender la música desde la misma tierra, el avanzado lenguaje del llamado “nuevo tango” del primero con un protagonismo compartido de los instrumentos decantado por el fraseo melódico del cello y la rítmica tan propia del piano, y la inspiración pseudonacionalista del folclore puneño que Ginastera nunca conoció personamente, como bien explicó el maestro de Mendoza afincado en nuestra tierra más el cercano de La Pampa todo con el crisol propio de un compositor formado en EEUU con Copland, con ese ritmo de “Malambo” que le ha hecho famoso, “reducido” a dúo.
Sin entrar a valorar la ejecución de todos, destacar el plato fuerte final por la enjundia de las obras y el perfecto entendimiento de los Ogas, como no podía ser menos.
Agradecer a la Universidad de Oviedo esta gira astur que recaló en Mieres para sumarse a los actos del 25 Aniversario de nuestra Escuela y Conservatorio local en unos momentos donde la tijera cultural amenaza cada día. La buena asistencia al concierto, pese a otras coincidencias, es indicativa de la afición musical que siempre hemos tenido los de esta cuenca, completada con la posibilidad de estudiar “en casa” en los siempre difíciles primeros años de iniciación en un arte que ocupará el resto de nuestras vidas desde muchos puntos, pero siempre desde el conocimiento que ayuda a un mayor y mejor disfrute. En esta dirección remamos todos los presentes y algunos ausentes. Sólo necesitamos que no frenen un esfuerzo de tanto tiempo, pues peligra el futuro de nuestra generación y la herencia de las siguientes.
Un borroso Dutoit
07/05/2013
Asturias, clásica, conciertos, música, sinfónica Adolfo Gutiérrez Arenas, Auditorio de Oviedo, Charles Dutoit, conciertos, Mahler, música, Mendelssohn, Royal Philharmonic Orchestra, Saint-Saëns Deja un comentario
Lunes 6 de mayo, 20:00 horas. Oviedo, Conciertos del Auditorio: Royal Philharmonic Orchestra (RPO), Adolfo Gutiérrez Arenas (cello), Charles Dutoit (director). Obras de Mendelssohn, Saint-Saëns y Mahler.
Una orquesta de renombre con director de fama mundial y la “Titán” de Mahler eran más que suficientes para llenar el auditorio, aunque al final el público y un servidor parezcan tener opiniones distintas. Tampoco las notas al programa me aportaron nada esta vez, quedándome un sabor amargo por ese regusto de sentir que las giras de “bolos” no me encajan en un ciclo de la calidad del carbayón.
La Sinfonía nº 1 “Titán” en RE M. (Mahler) en la versión de Dutoit resultó como él quiso porque evidentemente optó por la suya propia a lo que la RPO respondió con más errores de los esperados en una formación con la trayectoria de la británica, seguramente éxito de ventas en cuanto la grabe, pero no la compraré para mi colección. El suizo arrancó el Langsam, schleppend como desenfocado, y pensé en un desajuste inicial, pero la evolución fue a brochazos y con una paleta de colores algo distinta e incluso exagerada. El Scherzo siguió en la misma línea, como bocetos de posibles versiones definitivas sin apostar por ninguna, pues había demasiadas direcciones a lo largo del movimiento, incluso pareció optar por una gama de grises por amplia que fuese. La Marcha fúnebre Trauermarsch resultó evidentemente “solemne y medida” (Feierlich und gemessen), aunque pareció olvidar el “sin retardarse” (zu schleppen) con una agógica desigual desde el arranque inicial, que fue un poco la tónica global. Además había momentos donde ni siquiera consiguió transmitir una idea unívoca sino demasiadas opciones sin optar por ninguna, demasiados bocetos pero nada acabado. La orquesta es poderosa, densa, pero Dutoit pareció apostar por sonoridades al límite que desvirtuaron esta primera de Mahler, creo que excesivamente expresionista, aunque para gustos, los de Dutoit. Stürmisch bewegest resultó más “agitado” que “tempestuoso” pese al despliegue sonoro del último movimiento que siempre impresiona a nivel visual pero nuevamente alejado de mi concepción del sinfonismo “inicial” de Mahler donde Titán pareció más la marca de pinturas que el dios griego. Atronadores aplausos para una primera que no recordaré entre las muchas escuchadas en directo.
La primera parte comenzaba con la Obertura “Las Hébridas”, Op. 26 (Mendelssohn) que resultó correcta en sonoridades y planos, ofreciendo un tiempo algo reposado aunque sin el brillo que toda la RPO posee sin perder nunca ese “sonido británico” que la caracteriza.
El Concierto nº 1 para violonchelo y orquesta en La m., Op. 33 (Saint-Saëns) quedó descafeinado en la interpretación de un Adolfo Gutiérrez Arenas al que pareció pesarle orquesta y director, versión más confrontada que concertada donde la masa sonora se apoderó por momentos del discurso melódico en el solista, sólo salvable en los graves, con una batuta “a lo suyo” en esos tres movimientos ejecutados sin pausa, con un inicio incluso titubeante y carente de la decisión necesaria. Faltó la emoción de otras tardes hasta en la propina (la “Zarabanda” de la Suite nº 5 de Bach), aunque tendrá el orgullo de este acompañamiento “de lujo” para el curriculo de un cellista cercano a nuestra tierra, pero que, como los buenos toreros, no tuvo su tarde, y no todas las ganaderías de renombre dan días de gloria, que le esperan con toda seguridad: el arte musical corre por sus venas…
Alma rusa en Asturias
04/05/2013
Asturias, conciertos, música, piano, sinfónica Auditorio de Oviedo, Carlos Miguel Prieto, conciertos, estreno, Lilya Zilberstein, música, OSPA, Prokofiev, Rachmaninov, Shchedrin 3 comentarios
Viernes 3 de mayo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto de Abono 11, OSPA, Lilya Zilberstein (piano), Carlos Miguel Prieto (director). Obras de Shchedrin, Rachmaninov y Prokofiev.
Volvía a la tierra de sus antepasados el director mexicano Carlos Miguel Prieto y traía un concierto totalmente ruso, pianista incluida, conocedor de que parte de nuestra orquesta asturiana tiene mucha de su alma en su país, como los tres compositores elegidos y bien explicado en las “Tres visiones de un concierto” de las notas al programa escritas por Carlos García de la Vega.
El estreno en España del Concierto para orquesta nº 1 “Naughty Limericks” (1963) de Rodion Shchedrin (1932) puso de manifiesto no ya el sentido del humor del pianista casado con la gran Maya Plisetskaya sino toda la herencia de su amigo y maestro Shostakovich, con una orquestación claramente circense y divertida (“coplillas gamberras” como bien explica mi amigo neoyorquino John Falcone en el canal OSPA TV, también con mucha alma rusa) que el Maestro Prieto llevó con la misma chispa y energía de una partitura que nos arrancó a todos una sonrisa y trajo a mi memoria momentos cinematográficos.
El momento cumbre de la tarde, que dejará huella en todos los presentes, lo trajo la genial Lilya Zilberstein que ha hecho del Concierto para piano nº 3 en Re m., Op 30 (1909) de Rachmaninov un referente para todo melómano, volviendo a contagiar la magia que solamente el directo es capaz de lograr aunque haya quedado registrado por Radio Clásica para atesorar otro día memorable que el propio compositor seguramente ni se hubiera imaginado. La virtuosa rusa “hace Música” de principio a fin, la fortaleza física y mental que exige “el tercero” no mermó en ningún momento toda la belleza de una partitura que tuvo en la OSPA el complemento perfecto bajo las manos de un Prieto volcado y contagiado de este alma rusa hecha arte sonoro, compositor, partitura e intérpretes.
Como si la lejanía de la tierra amada fuese motivo inspirador (obra contemporánea de La Isla de los Muertos), las enormes proporciones y la factura pianística tan cargada, hacen de este concierto uno de los más peligrosos del repertorio (y de nuevo el cine en el recuerdo: “Shine” basada en la vida del niño prodigio David Helfgott), pero que en la interpretación de Zilberstein parecía fluir con total naturalidad. La han dirigido y acompañado los grandes y Oviedo se ha sumado a esta lista. El Allegro non tanto arranca tranquilo para ir brillando en cada modulación y cada crescendo de piano y orquesta en una auténtica montaña rusa de emociones hasta la cadenza endiablada y poderosa como sólo el propio Sergei era capaz de interpretar. La riqueza tímbrica que consigue la pianista rusa es de embriagar, sumándose una paleta orquestal que logró aún más brillo (¡shine!). El Intermezzo retoma la belleza melódica algo contenida con una orquesta densa pero clara, madura, empastada, pletórica, y las variaciones cristalinas del piano antes del tumulto pianístico que encadena con el “Alla breve” Finale. Ritmos protagónicos en todos los intérpretes bien llevados por un Prieto casi ruso, preciso en el gesto, cómplice de todos más la vitalidad centelleante en cada intervención de piano, solistas y tutti sin poder destacar a nadie por la feliz conjunción. La “colocación Milanov” volvió a conseguir un colorido casi de titanio, reconfortante, armónicos con el piano únicos y ese abrazo de los seis contrabajos que mecieron al “3 de Rach“, creciendo en una vorágine musical donde todo el alma musical de Lilya nos contagió y rompiendo en atronadores aplausos con varias salidas a escena, felices de haber asistido a un concierto único.
La Sinfonía nº 5 en SIbM, Op. 100 (1944) de Prokofiev completaría este trío ruso para la tarde asturiana, obra impregnada del sentimiento de victoria que alcanzó a todos los presentes contagiando ese aliento épico desde la batuta de Prieto en una partitura exigente para una plantilla algo reforzada que la crisis impide mantener fija. Si hace apenas una semana pensaba que el listón estaba alto, hoy han subido un pequeño peldaño más por la entrega y calidad de todas y cada una de las secciones de nuestra orquesta de cabecera en Asturias. Cierto que en la formación el ruso parece dominar y cuando se programa la música que han mamado desde siempre hay una transformación, pero debemos reconocer que el acento de esta tierrina nuestra les ha empapado como el “orbayu”, creciendo todos cuando desde el podio se les exige desde el conocimiento. Y como “no hay quinta mala”, así resultó la versión, alma rusa llevada por un mexicano de origen asturiano para nuestra orquesta internacional. Un Andante solemne y dulce que se transforma con vigor y sonoridad así como nuevamente el humor para una “batalla sinfónica” que dice Tranchefort en su “Guía de la música sinfónica”. El Allegro marcato con ostinados agitados transitaron por cada sección de una orquesta rotunda de dinámicas contundentes y asombrosa seguridad que transmiten las percusiones atinadas. La emoción llegó con el Adagio que recuerda el inicio del “Claro de Luna” de Beethoven para lucimiento de una madera siempre lírica cargada de dramatismo para culminar con los trombones hercúleos contrastando texturas que Prokofiev domina como nadie. Y el Allegro giocoso que parecía cerrar con la alegría de flautas y fagots seguido por clarinetes cual bufones antes de cerrar una evolución de caracter coral donde las imitaciones las marcaba el Maestro Prieto con los guiños del que se sabe a gusto y bien querido. Los metales recordarán que “la grandeza épica no es extraña a los frenesíes de la alegría popular”, como este inicio de mayo que nos devolvió el sol y el alma rusa a mi Asturias patria querida.