Miércoles 16 de septiembre, 21:00 horas. Auditorio de Oviedo: Conciertos de San Mateo 2021, Silvia Pérez Cruz. Entrada de butaca: 24 €.

Comenzaba la artista gerundense dando las gracias de volver a cantar en directo con gente “que sepa escuchar y cuidar la música”, y el agradecimiento sería mutuo desde la salida a escena con unas luces que por lo sencillas fueron un firmamento donde dibujar cada uno de los temas desgranados por Silvia Pérez Cruz,
melodías básicamente de su último CDFarsa (género imposible)” pero también guiños desde Tokyo a Granada, en “Domus” Vestida de nit esta vez todavía veraniega pese al orbayu exterior de Vetusta.
Silvia la voz que enamora, con ese timbre único de estilo tan personal que puede llevar a su terreno músicas de todo el mundo y hacerlas suyas, giros flamencos, de jazz, tesitura tan amplia como se quiera, y personalidad siempre arrolladora especialmente con una banda a su altura y talla, capaz de embellecer unas letras que siempre son poesía pura y que cantada llega al paraíso.
Desde el Tango de la Vía Láctea propio hasta un Miguel Hernández de Todas las madres del mundo con la suya en la sala, auténticas estrellas de un firmamento donde la improvisación está medida y el derroche de fantasía no paró ni siquiera en la propina con percusiones.
Un corazón tan grande como su arte, Silvia Pérez Cruz deleita con un registro amplio capaz de llevar a su Mediterráneo el folklore atlántico uniendo mares y galaxias, lo andino con unos charros mexicanos de mariachi catalán universal, traer la Boca al Rabal, disfrutar el sonido del silencio de Simon y Garfunkel más sonoro que nunca, lenguajes todos poéticos, catalán, inglés o español, el del Javier Ruibal cinematográfico poniendo banda sonora colectiva hasta descubrir escondida la rabia contenida de Camarón, leyendas lorquianas hasta fundirse con las cuerdas en una misma canción, la voz desnuda con el contrabajo o vestida con un violín cual charango, de sentirse libre con el piano, de compartir emociones y aplausos con sus músicos, todo mezclado por el técnico de sonido propio, su ingeniero del último trabajo que hizo del concierto ovetense una joya en vivo irrepetible, calidades máximas para una música muy exigente, efectos, loops medidos, planos en su sitio para un directo único con “lleno de pandemia”, público heterodoxo y atemporal pues Silvia Pérez Cruz llena el alma eterna del oído eterno.
Música suya pero de todos, ideal para los “omnívoros” como el que suscribe, poder disfrutar del piano de Marco apabullantemente delicado, bien combinado con el sintetizador y vestido de diseño para la voz de Silvia; Carlos con el violín imposible, Grappelli o charango, académico y zíngaro, magia incluso cantando en unos dúos de empaste increíble; Aleix pasando de la guitarra a la mandolina con naturalidad y adoptando efectos que hacían orquestaciones únicas; Bori sustento de todo, contrabajo con trabajo, arco o pellizco, cantabile y tortuoso, rítmico completando las pinceladas de Aleix, más que batería percusionista global, un set fabuloso donde aparecían un desde un bombo legüero hasta otro tibetano, mazas y escobillas tanto como baquetas, cencerros y un despliegue de arte(factos) que aparecían en el momento justo redondeando un quinteto estratosférico.
Farsa Circus Band son: Silvia Pérez Cruz, voz y guitarra – Alfred Artigas, guitarra y mandolina – Aleix Tobías, percusión – Bori Albero, contrabajo – Carlos Montfort, violín y voz – Marco Mezquida, piano y sintetizador.
Concierto íntimo por la cercanía de una Silvia cariñosa, amable, entregada, presentando y queriendo a todos, respeto y complicidad con su banda, agradecida a un equipo completo que hace posible estos conciertos, desde el mismo del Auditorio de Oviedo hasta todos los suyos sin dejarse a ninguno. De bien nacidos es ser agradecidos, Silvia Pérez Cruz sin chistes fáciles y volcada, artista que enamora, la música bien tratada y escuchada. Gracias por casi dos horas de pasión y calidad.
De la crítica:
Este disco, grabado durante 2019, recoge la realidad compositiva de los últimos tres años de Sílvia Pérez Cruz: trece canciones originales con letras propias y algún poema prestado. Farsa (género imposible) responde a la inquietud de Sílvia en relación a la dualidad de lo que se muestra y lo que realmente somos, por cómo sobrevive la fragilidad del interior, de lo íntimo, en estos tiempos en los que la superficie es tan arrasadora, en los que lo que se ve se puede llegar a confundir con lo que se escucha. Donde lo visualmente jugoso puede estar vacío. Lo hueco. La mentira.
Canta aquí Sílvia canciones que ha compuesto dialogando con otras disciplinas artísticas como el cine, la danza, la poesía o el teatro, entre otras, que se empeñan en ensanchar la vida, recreándola
”.